El otoño había llegado y con él, las brisas frías que provocaban la caída de las hojas ya de tonalidades anaranjadas... Y no solo eso, los locales y las calles de la zona se habían decorado ambientados de acuerdo a una famosa fiesta que se celebra por estas fechas; Halloween.
Las calabazas, telarañas, fantasmas y más monstruos escalofriantes hechos de papel se colocaban aquí y allá, dando un auténtico aspecto espeluznante a la zona. Y el Nica's no podía ser menos.
—¡Qué bien nos ha quedado al final!—Dijo una alegre Yimei tras comprobar lo horripilante que estaba su cafetería.
—¡Sí!—Afirmó Keyla mientras se bajaba de una escalera de la que se había ayudado para colocar el último adorno y hacía un gesto como si se limpiase el sudor de la frente.
Eiri se encaramó a la barra y maulló conforme.
—Ahora toca disfrazarnos antes de que comiencen a llegar...
—¡Por supuesto! Voy a ser una bruja escalofriante—. Yimei rio de forma siniestra mientras movía los dedos de las manos hacia Keyla.
Esta última no pudo reprimir una risita—. A ti no te hace falta disfraz.
—¡¿Eeeeh?! ¡Cómo te atreves! A tu propia jefa, ¡te voy a maldecir y a convertir en sapo!
Keyla siguió riéndose ante la reacción de la otra joven—. Será mejor que nos demos prisa.
Tras aquellas palabras de la chica pelirroja, Yimei sonrió maliciosamente mientras la agarraba del brazo y la arrastraba a la parte trasera del local—. Cuando termine contigo no te reconocerás a ti misma…
—Yimei, no me gusta nada esa expresión… ¿Qué disfraz me has comprado?
No contestó, se limitó a empujarla dentro de la casa.
— ¿Y-Yimei?...
La puerta se cerró tras ellas y una risa malvada se escuchó…
Tras unos minutos, ambas volvieron a la cafetería, Yimei con un impresionante traje de bruja negro con detalles de encaje morados en el pecho, los puños y la falda del vestido, además del sombrero y los zapatos en punta. Se había maquillado de forma que su piel pareciera más clara y se había puesto sombra de ojos y pintalabios morado, para terminar el conjunto llevaba una escoba en una mano y a Eiri al lado con un collar morado especial para la ocasión.
Mientras, Keyla llevaba una especie de sábana o mantel viejo que la taparía al completo, si no fuera porque había recortado de forma chapucera unos agujeros a la altura de los ojos, para ver.
—No te perdonaré esto nunca…
—No te perdonaré esto nunca…
—Oooohh, vamos, vamos, quítate eso, si estás preciosa—sonrió con malicia—. Seguro que le vas a encantar a todos...
—No pienso quitarme esto en toda la noche, no hasta que me cambie.
—Qué desperdicio… uuuff. Pronto comenzarán a llegar nuestros invitados. ¿Dónde crees que estará la jefa?
—Pues…
Antes de que Keyla pudiera formular su frase, cierta persona la interrumpió con un maullido. Cuando ambas jóvenes se giraron, pudieron ver a otra chica de pelo castaño con gafas tumbada de lado, apoyando la cabeza en su mano, estaba disfrazada de gatita negra y fingía mover la cola con la otra mano—. Veo que estáis listas, miah—se incorporó y levantó rápidamente, llevaba una cestita con forma de calabaza en las manos—. Yo me voy a pedir chuches, buena suerte esta noche, miah.
Yimei le cortó el paso a la chica puesto que ya se dirigía a la puerta.
—¿Te vas, jefa Mónica?
—Sipi, miah. La otra vez en la playa os las apañasteis bien las dos, no creo que haya problemas ahora, miah.
—Bueno… pásalo bien—sonrió con sinceridad.
<< Está metida en su papel… >> Pensó Keyla antes de desearle lo mejor y que su jefa se fuera.
—Las dos solaaas.
—Sí, solas…
—Vamos, vamos, Keyla, alegra esa cara, no me seas fantasma.
La chica se rio falsamente antes de contestar.—Qué bueno, qué graciosa...
En ese momento, la campanita de la puerta sonó, anunciando la presencia de los primeros invitados, las dos se giraron para ver de quiénes se trataba.
Dos chicos, uno de pelo gris y otro de cabello anaranjado se observaban a sí mismos y los trajes que llevaban, además, una chica de pelo azul y orejas puntiagudas se sonrojó y se tapó la cara al ver lo que tenía puesto.
La joven brujita por una noche sonrió al verlos y les dio la bienvenida.—Vaya, vaya, ¿qué tenemos por aquí? Un vampiro, un ángel… y Tyler. ¿Qué ha pasado con tu disfraz?
El joven de pelo anaranjado se quedó mirándola y luego mostró un arco que sostenía.—Yo no uso esto… y esta no es mi ropa normal.
Su amigo y joven príncipe lo miró y sonrió mostrando los colmillos de su disfraz, aunque hablar con ellos no le hizo tanta gracia.—Puez… pueeess parece que vaz… vasss igual que ssssiempre.
—Tú estás muy cambiado, ¿y esa capa negra?—Se burló el chico y se rio por cómo hablaba su amigo.
Keyla sonrió y se quedó mirando a Victoria.—Yo creo que la que está más linda es ella.
Victoria se sonrojó un poco más al notar que todos la miraban y trató de taparse.—No sé a qué viene esto ahora… pero me gustaría saber por qué llevamos estos trajes. << Estos pantalones son muy cortos… >>
Dirian estaba embobado mirándola, pero la campanita de la puerta y alguien entrando rápido y dándole un golpe en la cabeza lo sacaron de sus pensamientos.—¿Pero qué…?
Una avergonzada y enfurecida Lianndra había entrado en el local, con el ceño fruncido y vestida con un ajustado traje de leopardo. Aquel aspecto provocó las sonoras carcajadas de Tyler.
—¿¡Y a ti qué te pasa?!—Gritó antes de lanzarse hacia el chico y subirse a su espalda agarrándose de su cuello—. ¿Qué tiene tanta gracia? ¿¡Eh?!
—¡Oye, me haces daño!
—¡Ver tu cara también hace daño!
Dirian no pudo evitar reírse de ambos, ver a la chica subida a la espalda de su otro amigo y a este tratando de quitársela de encima le resultó bastante gracioso.
Yimei se acercó a ellos y alzó su escoba—. ¡Bienvenidos a los “Enésimos Juegos de la patata caliente”! ¡La fierecilla nerviosa muestra su verdadera cara al realizar un ataque por la espalda al chico calambres! ¡¿Cuál será el resultado final?!
Keyla y Victoria terminaron uniéndose a las risas de Dirian mientras observaban aquel espectáculo, aunque aquello no duró mucho, ya que, la campanita volvió a sonar y entró alguien más… Una joven estaba cubierta hasta la cabeza de vendas, tan solo se le veían los ojos y algunos mechones de pelo plateado.
—¿Qué es esto?...—Dijo mientras trataba de quitárselas.
Al ver aquello, la joven de cabello castaño dejó el cachondeo para acercarse a toda velocidad a ella—¡No, no! Es un disfraz, no te lo quites, estás muy guapa, Emilie.
—Bueno… no estoy herida como para llevar esto.
Todos se giraron a mirarla, incluso Lianndra y Tyler dejaron su infantil pelea para observar a la recién llegada, se notaba que estaban aguantando las ganas de reír para no recibir una reprimenda por parte de su amiga.
—No son vendas para tapar heridas, eres una momia—la chica pelirroja sonrió al verla—. Entiendo que no te guste… a todos no nos gusta el disfraz que llevamos.
—Quereiz… queréis decir que esto son… ¿disfraces? ¿Para qué?
—Cuando estéis todos explicaré en qué consiste esta fiesta—sonrió satisfecha justo antes de que sonara de nuevo la campanita de la puerta y entrase el último invitado.
Asombrado por tanta decoración y cosas espeluznantes, Andrew entró al local, sin darse cuenta todavía de que estaba disfrazado de lobo.
La joven Victoria se llevó las manos a la boca, pensando qué podría pasar, en la reacción del chico al verse con aquello puesto. Por su parte, Yimei, se dirigió a la escalera simulando que volaba en su escoba.
—Vamos, vamooos, seguidme pequeños—tras estas palabras se rio de forma siniestra mientras subía las escaleras.
Tyler y Lianndra volvieron a pelearse porque ella le exigió que él la llevara ya que se encontraba subida a su espalda, mientras que este trataba quitársela de encima. Mientras, el resto de jóvenes hicieron caso a la brujita y siguieron sus pasos, subiendo los escalones.
<< Andrew está taaaan mono… aunque le den miedo los lobos, le queda muy bien el disfraz… >>
Keyla no dejaba de pensar aquello y estaba tan ensimismada que pisó la manta que llevaba por encima y a punto estuvo de caerse, por suerte estaba ahí Dirian para sostenerla.
—Ten cuidado… podríaz… hacerte daño. Tal vez sería mejor que te quitases eso.
—Gracias… pero n-no, estoy bien...—La chica había enrojecido de golpe, se separó de él y siguió subiendo con más cuidado.
Una vez arriba, Keyla y Yimei sonrieron ante el asombro que mostraron los chicos y chicas de Glishes al ver lo que habían preparado. Parecía haber muy poco espacio allí... Todo estaba oscuro, la única luz que iluminaba el lugar era la simple llama de una vela, Yimei la cogió y se la puso delante del rostro.
—Bienvenidos, jóvenes de otro mundo… ¿Estáis listos para vivir una experiencia escalofriante?...
—Eeeh… bueno—Dirian intercambió miradas con sus amigos—. Todavía no zabemoz… sssabemoss… qué es Harowein.
La chica de ojos lilas se ofreció para contarlo, sonriendo, aunque aquello no se notara por la sábana que la cubría—Es Halloween, una fiesta que se originó por la creencia de que durante esta noche de octubre, los muertos, espíritus, monstruos y demás bestias eran libres de pasearse por el mundo de los vivos y entonces decidieron…
Yimei la interrumpió y, a su vez, Keyla la miró con molestia—. Bla, bla, bla… Mucha palabrería, el caso es que esta noche todo el mundo se disfraza y por eso estáis así. Normalmente vamos por las casas de los demás o por otros restaurantes para pedir chuches y si no nos las dan les hacemos una trastada, pero como no podéis salir de la cafetería, ¡hoy haremos algo diferente!
—A saber qué estáis planeando esta vez…—dijo Andrew.
—Lo primero de todo eees...—La joven encargada del local, les cogió de las manos, poniéndolos por parejas mientras sonreía pícara—. Muy bien… Victoria y Dirian, Lianndra y Tyler yyy… Andrew y Keyla.
—¡¿Yo también participo?! ¿No tenía que ayudarte?...
—¡Nop! Disfruta, chica, que la vida son dos días. Esta vez me ayudará la buena de Emilie, ¿verdad?
—¿Puedo irme?—Contestó la chica tratando de quitarse las vendas de nuevo.
—¡Noooo, no!—Yimei la detuvo, algo nerviosa—. Bien… os preguntaréis qué va a pasa-
—¡NO PIENSO IR CON ESTE CAZURRO!—Gritó Lianndra soltándole la mano bruscamente a Tyler—. ¡Siempre que voy con él me pasa algo malo!
—¿Perdona? ¡Si tú eres la que siempre lo está liando todo! ¡Prefiero ir solo que mal acompañado!
Dirian interrumpió a sus dos amigos—. ¡Basta! Se zuponía… arg... que esto era para divertirse…
—Tu opinión no cuenta esta vez, es obvio que estás deseando ir con Victoria...—Dijo Tyler mientras que Lianndra lo apoyaba asintiendo fervientemente con la cabeza.
En ese momento, el chico de pelo gris se sonrojó mucho—. ¡No ze trata de ezo!
—¿No? Pues explícate…
Andrew, Keyla, Emilie y Victoria se limitaron a observar, atónitos. Mientras, Yimei los calmó y les anunció que iban a tener que atravesar un pasaje del terror, explicándoles en qué consistía y qué debían hacer para salir triunfantes del juego. Antes de pronunciar las siguientes palabras, la brujita le susurró algo al oído a Emilie y la dejó entrar por el pasillo oscuro.
—¿Quiénes serán los primeros en atreverse?...—La mujer joven se rio de forma siniestra.
Tyler le dio la mano a su compañera pelirroja—. Nosotros mismos… así acabaremos antes.
—¡S-sí!...
—Bien, bien… bienvenidos, primeros valientes...—Entró al pasaje y tras ella fueron los otros dos.
Los caminos eran estrechos y oscuros, seguían una ruta sinuosa y llena de giros, con telarañas por aquí y allá, Tyler se abrazaba un poco al brazo de Lianndra.
—¿En serio esto te austa…?
—¡N-no, para nada! Es solo que… estoy agobiado.
—Oooohh, pobrecito, está agobiadooo… anda ya...—Lianndra rodó los ojos y suspiró—. Gallina...
—Que lo decía de verdad...—Fue lo único que pudo añadir el chico antes de ser asustado por una figura oscura con capucha, soltó un grito tan escalofriante que hasta Lianndra dio un respingo—. ¿¡Pero qué mierda?!
—Solo es una niña… mira qué bajita es y su voz aguda…
—¿En serio?...—Al fijarse mejor, el chico comprobó que ella tenía razón—. La suerte del principiante.
—Seguro que es eso… claaaro…
—¡Deja de burlarte!
Los dos jóvenes siguieron a Yimei con cara de asco por tener que ir de la mano, la joven encargada iba contando una pequeña historia, intrigante y escalofriante, varias fueron las sorpresas escondidas tras aquello...
Casi al final de aquel recorrido por la planta superior de la cafetería, Yimei desapareció y los dos chicos comenzaron a buscarla, sin éxito. Sin embargo, no esperaban que al girar sus cabezas, un zombie alto y horroroso estuviera allí plantado, mirándolos.
Lianndra prácticamente se agarró a Tyler con brazos y piernas, asustada, se le escapó un gritito y al instante comenzó a pegarle—. ¡¡CORRE, ESTÚPIDO, CORRE!!
El joven de ojos verdes le hizo caso y comenzó a correr como si no hubiera un mañana hasta que salió de aquella especie de laberinto, cansado—Me debes una gorda…
Nada más estar a salvo, dejó caer de culo a Lianndra, por lo que esta se puso furiosa… mientras tanto, Victoria y Dirian se disponían a realizar aquella ruta. Resultó ser diferente a la anterior y los sustos se incrementaron, Dirian agarraba fuerte la mano de la chica, sin soltarla en ningún momento.
En varias ocasiones se colocó delante de ella como acto reflejo para protegerla. Sin embargo, al final, en lugar de encontrarse con aquel zombi, encontraron a una Emilie decaída que fue corriendo hacia ellos y atacó sin ganas.
—Yo solo quería irme… veo esto una completa estupidez…
—¡Déjanos pasar, Emilie! ¡Está muy estrecho…
—No… ya que estoy jugando, jugaré bien—. Se interpuso en su camino y Dirian dio un paso al frente.
—Ya no quiero seguir jugando… por favor, aparta.
Los dos parecían fulminarse con la mirada, Victoria sentía la presión en el ambiente, muy preocupada por lo que podría pasar, así que agarró a Dirian del brazo y tiró de él fuertemente hasta salir de aquel lugar… empujó suavemente a Emilie al pasar y justo cuando estaban saliendo, se tropezó, tirando a Dirian con ella y quedando uno encima de la otra.
—L-lo conseguimos.—Dijo Victoria con una sonrisa nerviosa y bastante avergonzada, la situación provocó el sonrojo de Dirian.
<< Está tan hermosa con ese traje… >> Pensó mientras la miraba a los ojos.
Durante varios segundos el resto del mundo desapareció para ellos, tan solo estaban ellos dos, mirándose profundamente a los ojos… claro que no todo dura eternamente y volvieron a la realidad al ser interrumpidos por las risas de Tyler y Lianndra. El chico de ojos azules se levantó y ayudó a la chica, disculpándose por lo ocurrido.
—N-no pasa nad-da… es culpa mía...
Por último, Andrew y Keyla entraron al pasaje. Él todavía no se había dado cuenta del disfraz que llevaba y tampoco había mostrado mucho interés por saberlo…
Mientras tanto, Keyla estaba muy emocionada por poder ir de la mano con el chico que le gustaba en secreto. << Es genial… es tan cálido. >> Aunque no le diera miedo nada ya que ella había ayudado a prepararlo, fingía para ir abrazada todo el tiempo del brazo del chico, el cual mantenía su semblante serio. Todo fue bien y normal hasta que Andrew se miró en un espejo, un escalofrío intenso recorrió su espalda…
—¿Este… es mi disfraz…?
Keyla le respondió, algo triste—. Sí… lo siento.
—Ya da igual… supongo...—Acabó pegándose más a ella inconscientemente, lo que provocó una sensación agradable en Keyla a pesar de todo, sus mejillas se encendieron levemente.
Continuaron el camino siguiendo a Yimei hasta que esta desapareció.
—Vaya… ¿Y ahora qué?—Increpó el chico.
—Corramos… va a pasar algo gordo.
Así hicieron antes de que les diese tiempo al zombi y a la momia de reaccionar, lo que no esperaba es que una araña gigante de pega cayera justo tapando la salida y una pirata saltase de ella.
—¿Tanta prisa tenéis?—Les dijo a los dos pobres chicos asustados.
Keyla se abrazaba a él, sorprendida, mientras el chico parecía mostrarse algo más tranquilo y frío… trataron de esquivar la araña y terminar el recorrido, de hecho, Andrew lo consiguió con éxito, mientras que Keyla pisó un trozo de la tela que la cubría, cayendo al suelo y perdiendo aquel manto.
Andrew no dudó en volver sobre sus pasos para ayudar a la joven a levantarse y sacarla de allí, todos estaban ya abajo cuando salieron… Keyla bajó la escalera muy avergonzada, había perdido aquello que la cubría y la mantenía a salvo de la vergüenza. El chico ni se había dado cuenta en un principio, pero al llegar abajo y al ser ella bañada por la luz, no pudo evitar mirarla impresionado.
—Vaya… qué bien lo ocultabas.
La chica estaba tan roja que se confundía su rostro con sus cabellos, lo que ocultaba con aquella sábana era un vestido corto con falda de gasa roja, unas botas rojas que le llegaban a las rodillas, acompañados de unos cuernecillos de diablesa además de la colita.
—Y-yo no quería vestirme así… es culpa de Yimei…
—Pues… estás preciosa...—El chico sonrió un poco, dejando ver su dientecillo.
A Keyla la invadió una sensación de felicidad absoluta, que alguien especial para ella le dijera algo así… la había dejado sin aliento.
—G-g-gracias…
Cuando terminaron de bajar, todos los vieron y quedaron asombrados con el cambio de Keyla, se acercaron a decirle que estaba muy linda y que le favorecía aquello. Lianndra jugaba con Eiri alegremente y este estaba extrañado por verla con orejas de gato, Yimei les explicó que los que las ayudaron con todo no eran ni más ni menos que Mavie y Jayden y todos acabaron sentados alrededor de una gran mesa, comiendo dulces.
Yimei no paraba de hacerles fotos a los atónitos chicos que no sabían de qué se trataba aquel aparato, así compartieron un agradable momento todos juntos antes de tomar el ponche que devolvió a los jóvenes héroes a su mundo.
En ese momento, la joven y antigua dueña del local, se encontraba en la puerta del edificio, sonriendo y comiéndose una chocolatina.
—Tengo la sensación de que hace mucho que debería haber pasado todo esto, miah… aunque año tras año se repite lo mismo en las mismas fechas, así que… Tal vez pase algo parecido el año que viene...
Entró al local tras susurrar unas palabras y las jóvenes empleadas la recibieron con los brazos abiertos.